Nombre: Eduardo Bustos Alister
Ubicación: Santiago, Metropolitana, Chile

Periodista, escritor.

  • Versión en Ingles/ English version
  • domingo, enero 04, 2015

    MI PADRINO ES ARGENTINO.

    Ciudadanos que no  disfrutamos  del privilegio monetario  disponible para la  diversidad  de ámbitos que  involucra  el  desarrollo  competente  en el  arte  de   creatividad  intelectual  destacada  y en los  trabajos de investigación, sea literaria o de un aporte mayor, nos hace vulnerables  ante el amparo normativo  de la legalidad  formalizada en principios fundamentales del bien común y participativo enfrentado en  diferentes liderazgos,  no cesibles en sus derechos  de  obras  y  contextos  publicados  de  autorías,  solamente sostenidas  en la filantropía relevante  de cada pluma  personal . Justo  es,  respetar  que sus aportes no sean  ignorados , manteniendo  incólume  el nombre de estos autores,  con más asistencia y  protección  en el estímulo gubernamental  asistido  en  el  afán  de servicio público de entrega a sus semejantes .  La ley  de Propiedad  Intelectual , ampara y estimula,  mientras   no   tenga  que  tomarse una acción coercitiva o defensa  de lo que se considera propio.  Labor constructiva,  en un país que necesita colaboración de sus naturales  al alero  de la constitución en vía de su  creciente avance, tanto en el conocimiento, ingenio  y docencia ilustrativa, etc…

    El año 1992 decidí  escribir la historia futbolística del  ilustre vasco-chileno  Ramón UNZAGA Asla, creador de la jugada  conocida y ratificada en la actualidad con el apelativo  de: “ La Chilena”, nacida en el Sudamericano de Buenos Aires  en el año 1916 con padrinos argentinos, cuya acción ya era conocida en el vecino país desde   1915. Jugada habitual    de forma  reiterada  en la  Histórica Cancha  del Morro, pionero  recinto   del  balompié  nacional,  no valorado  en su real  dimensión  por   la autoridad  política,  espejo  de  luz  en cada  mirada de proyección   del   futbolista  amateur  que  a  pura    entrega  física   acompañada  del  talento   ídolo,  sellaba  el  honor  en la obtención  de  medallas   más  valiosas  que el dinero;  no  haya  incluido   junto  a   otros  estadios,  el  beneficio   de su  remodelación con búsqueda  de un trabajo de ingeniería que hoy es posible realizar. A este  patrimonio  debiera  considerársele  un cupo mínimo de veinte  mil  espectadores  por su condición histórica de monumento  nacional  que mantiene  pendiente la firma que lo consagra en tal condición,  desde  el  año 1996.

    No existía la convicción  que  Unzaga   fuera  el autor  de la mísma,  sólo paisajes de sabiduría de algunos  periodistas  de la vieja  guardia ,   quienes   suponían  al  oírla nombrar en forma reiterada  en cada evento futbolístico,   se llamare a futuro  oficialmente  Chilena.  Sin retrotraerse     al  origen de la hazaña  de  este vasco nacionalizado  es   inventor además, de la Media Chilena  y La Tijera.  Desde  de la incipiente historia, siempre hubo  ser  ignorado  el  lugar de su creación  por el  periodismo  deportivo  chileno,  ni  por tradición oral conocía  su verdadero  origen.  La difusión de  este  acontecimiento futbolístico  estimuló     el  interés del artesano  chorero  Carlos Placencia  Saavedra,  de erigirle un monumento  al jugador,   confeccionando   una hermosa  maqueta  e inscribiendo su proyecto en el Registro de Derecho de Autor  y en  Chile Deportes.  Conocido  el  diseño,  impactó  su contenido  del  bosquejo   por  la  estructura representativa  en el  extranjero  y  en el gobierno  comunal  de Tacahuano.  Lamentablemente,  un repentino cambio de opinión del alcalde sumado   a sus colaboradores directos,  frustró el accionar del  artista que su obra ampliamente difundida,  sería reemplazada  por otra de distinto diseño, solamente  con la aprobación de la autoridad edilicia  con la mesa  servida y  puesta. Sin importarle  todo  el esfuerzo  y trabajo realizado con difusión  en vía de la obtención de recursos  que  contaba  con la anuencia  de la autoridad del  gobierno  saliente.

    Por otra parte, bastó  que  el cuarto gol de Barcelona a Villarreal, anotado por RONALDINHO, el diario español  El país, pusiera  en discusión  el origen de la jugada  con un fundamento de novela creativa  ni   siquiera comprobable  e imposible de testimoniar el argumento,  falto de seriedad para cualquier fuente periodística. El prestigioso periodista del diario El Mercurio de Santiago, señor  Danilo  DIAZ,  pleno de ética profesional,  refutó la versión  en el documento insertó.  El único registro oficial  reconocido  por el periodismo serio peruano  y  comprobado, se refiere a  la jugada realizada en el año 1928, jamás antes vista en el Perú: “ La Chilena”  ejecutada  contra la selección de Ica por el futbolista del Alianza de Lima Carlos Alejandro Villanueva Martínez, la cual denominaron “ CARACOL”. Sucede  ahora que  la  presunta  pirueta “ Chalaca”,  de su estimado  a mitad  de siglo,  la han trasladado hasta el año  1913 y aún no pueden identificar al jugador  de un partido en Mar Brava.  No entiendo  el  por qué algunos periodistas  chilenos tomado conocimiento de  la publicación del  profesional   Sr. Díaz, entablaran  una discusión absurda   de existir  controversia respecto  a su creador.  No es lo mismo  perder  sustento…que  entrar en confusión. Con el aporte del algunas crónicas del documentalista  y periodista español   Mario Jesús CAMACHO, ayudó junto a mi crónica  EL MORRO DE LA CUENCA  que  La Chilena  sentara  jurisprudencia  en los cinco continentes. Ahora,  pese  ser nombrada con sinónimos  de sus lenguas,  reconocen  a  Ramón Unzaga  Asla   ser el autor,  incluyendo  a  Brasil, Italia, Alemania ,  Inglaterra  y  países  Asíaticos, etc… 




    Incentivado  por el apoyo  del  ético periodista  El Mercurio,  continué   aportando  nuevas crónicas  del  legado de Unzaga,  permanente embajador que prestigia  el nombre de Chile en el extranjero.  Respecto  a  la escultura,  pienso   que  el alcalde de Talcahuano  fue   mal  asesorado por sus colaboradores  asistentes,  y  tuvo  suerte  de inaugurar  el  monumento  erigido por la Empresa  Sigdo  Koppers S.A.  en  el asertivo cumplimiento  centenario de este  verso universal  futbolístico  rescatado  para Chile  y el mundo, simbolizado  en Talcahuano.  En cada distinción, siempre  hay un autor de referencia  que escribe y rescata  hechos  de carácter  relevante. “ En su  ausencia, no quita el  derecho de ser deferente”.   Espero que ante   mi requerimiento de denuncia  a la señora  Presidente de la República, y en  conformidad  a lo preceptuado por el señor  Intendente de la Región del Biobío en su oficio Ordinario 1863 direccionado a mi nombre con fecha 25 SET del  año 2014, se  reponga  la  obra  diseñada  por el artista de  Talcahuano.   Para ser justo  en la aseveración  de  responsabilidad  de la no concreción  de la primera obra difundida, pienso que, el  señor  Carlos Placencia,   equivocó el camino de corrección,  ávido de  capricho personal  de  no sumarse al aporte colectivo  de una causa en que él,  solamente,  representa  autoría  de la parte  visual de la evidencia   en  la construcción  de  una estatua  a  financiar  a través  de un proyecto. Su  repetida negligencia  provocó un grado de dilación no conveniente en  el  trámite  de antecedentes necesarios. Además,  de  entrar  en conflicto  con algunos funcionarios  de la autoridad  edilicia comunal que ostenta  el  poder  ciudadano. Su falta  de  conocimiento  documental  administrativo encausado  en materias de carácter  u  ordenamiento  del conducto regular,  falló  en  lo fundamental,  carente de diálogo  e impidió que el proyecto llegare a un feliz término.  Después  de una espera de más  de cinco  años,  no logró completar  carpeta  con todos  los  antecedentes  técnicos requeridos,  causando disgustos  en sus colaboradores  de Santiago, quienes  habían abierto la  puerta del  financiamiento  en  el  tenor de la importancia  histórica del proyecto,  como un caso especial  de la norma  establecida.   Reitero  sí, que  esta  obra  es  hermosa  y  debiera  ser erigida.

    En nuestro país existen  alguna  leyes  que solamente causan  efectos  en sus archivos de referencias  ante  la insolvencia  económica que no  permite recurrir  de los servicios de un abogado,  como es el caso de la ley de propiedad intelectual que asuma la defensa  del afectado por un derecho  que le pertenece.  Sin ánimo de polémica sobre este tema,  solamente, me permitiré  invocar el afecto del artículo 3 de la ley 17.336, “1 Los libros, folletos artículos y escritos, cualesquiera  sea su forma y naturaleza, incluidas las enciclopedias , antologías y compilaciones de toda clase.”
    2) “ Las conferencias, discursos, lecciones, memorias. Comentarios y obras de la misma naturaleza, tanto en la forma oral como en sus versiones   escritas  y grabadas.”
    9) “Los Proyectos, bocetos, maquetas….”

    Es pertinente referirse como un tópico aclaratorio  al igual que el Cuerpo de Bomberos,  los que exponemos  nuestro espíritu de servicio vocacional,  estamos expuestos  a  críticas de  oscuridad mal intencionada  y perversa, por  lo cual,  no se puede aceptar la difamación, comentarios de domicilios de estilo conductivos frustrados que se apartan de la integridad moral del comportamiento humano. Cumplo con dejar  mi explícito testimonio que en mi anhelo  de colaboración,  sólo  ha consistido en abrir una  puerta  al reconocimiento de homenajear y honrar memoria  de  este ilustre vasco, olvidado por el deporte chileno, ni siquiera  con la defensa de un  trofeo,  sin pretender  recompensa  de ningún tipo económico, solamente ha existido un compromiso de honor con la Empresa Sigdo Koppers. S.A.,en  el reconocimiento de incluir el nombre del autor de la biografía en la placa recordatoria de la escultura  levantada  por ellos, aporte que el mundo deportivo debiera  reconocer  con  agradecimiento  al  inmortalizar  su nombre.  No tengo dudas que su nueva lectura  será  ratificada   en  el  hito recordatorio.

    Como diría un ciudadano mexicano:   con ésta  me despido con  verso de poeta, de   la ciudad   donde truena el sueño,  al son de  su invernal  trueno  y arco iris de primavera que colora sus cerros, el  plan y sus dos bahías, iluminando tumbas de los cementerios,  donde descansan y duermen:  sus  inmortales  pioneros.

    ANCLADO AL MAR

     A mí me gustan
    las mañanas grisis,
    porque  yo nací
    anclado al mar
    una mañana gris,
    un catorce de abril
    de un  Otoño Pardo.

    Una barca pesquera
    anclada en una caleta chorera,
    me saludó
    al arribar esa mañana;
    aves de picos largos y
    de encorvados
    negros,
    de rojos  y amarillos
    baten  el silencio claro
    del  mar,  sumo de esencia
    marina  que, aprieta
    el  corazón
    de  emociones:
    nostalgias,
    angustias,
    alegrías y poemas.

    Al  despertar el día
    majestuoso como siempre
    estaba el mar
    adornado de poesía
    con su bata boira
    y, su enrizada azul cabellera,
    reventando  en un pentagrama
    con   romances
    vientos,
    brisa  y
    bruma, en una pauta de
    espuma,
    desde su  horizonte  a  la
    ribera.

    Al  momento de desembarcar,
    Con respeto -  dije
    Señor – os pido permiso
    para bajar a tierra.
    Una oleada de amor
    encarnada  a su borde
    costero,  lleva en sí,  el
     mar en playas de arrecifes
    y  roqueridas.

    Portal somos  de ese amor
    En las noches románticas :
    De luna plena, en las noches
    Playadas sin luna, playera.

    De amor son recuerdos de
    mi juventud que pasé
    junto al mar, y que no he
    podido olvidar.
    Todavía rondan mis suspiros
    Y vuelan por la bahía costera
    En las noches de luna plena
    Y sin luna  por plazoleta
    María Isabel.
    Y voy remando  recuerdos
    en  una  barca de ensueños,
    más  allá  del horizonte,  donde
    muere  la vida.

    Amo lo que  siento , y  mi
    Razón de ser.
    Y  la  sombra de mi luz me
    enciende en poesía, y
    porque soy,  un poeta  de mar,
    de  bote y remo:
    Pescador de prosa y versos,
    que nació,   anclado al mar,
    en la bahía de Talcahuano.



                      Federico Amado.